Queridos venezolanos, dentro y fuera de nuestra patria,Hoy, desde cada rincón del mundo donde late un corazón tricolor, les escribo con la certeza absoluta de que pronto saldremos de esta dictadura. No es un deseo, es una promesa que nos hacemos como familia: Venezuela volverá a ser libre.A los que están en casa, resistiendo con dignidad en las colas, en los apagones, en las calles vacías de medicinas pero llenas de esperanza: ustedes son los héroes silenciosos. Cada día que se levantan, que cuidan a sus hijos, que comparten lo poco que tienen, están construyendo el país que merecemos.A los que están afuera, llevando a Venezuela en la maleta, en el acento, en las arepas que cocinan los domingos: ustedes son la diáspora que no olvida. Cada remesa, cada video llamada, cada bandera que ondean en manifestaciones lejanas, es un puente que nos mantiene unidos.Dentro y fuera, somos uno solo. La misma sangre, el mismo sueño. El Ávila nos mira desde Caracas, pero también desde Miami, Madrid, Bogotá, Santiago. El Orinoco sigue corriendo, y con él, nuestra determinación.Pronto veremos el día en que: Regresen los que se fueron con el alma rota.
Nuestros médicos curen en hospitales llenos.
Nuestros niños estudien sin miedo a balas.
Nuestros músicos toquen en plazas llenas de vida.
Ese día está cerca. Lo sentimos en el aire, en las conversaciones susurradas, en las redes que se organizan, en las manos que se unen aunque estén a miles de kilómetros.Venezolanos, levanten la mirada. No estamos solos. Dios, la historia y el mundo nos observan. Y cuando llegue el momento —y llegará—, diremos con una sola voz: ¡Lo logramos! ¡Venezuela es libre!Hasta ese amanecer, sigan fuertes. Sigan creyendo. Porque pronto, muy pronto, estaremos abrazándonos en Maiquetía, en la Plaza Altamira, en los Andes, en los llanos… celebrando que volvimos a nacer.¡Fuerza, Venezuela! ¡Aquí nadie se rinde! Con todo el amor del mundo,
Un venezolano que los lleva en el corazón
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