El Estado español, la Comunidad valenciana y los medios de comunicación subvencionados minusvalorando y prohibiendo la participación de la sociedad civil para ayudar en la tragedia de Valencia tras el paso de la Dana. La sociedad civil ha demostrado mayor velocidad de respuesta, y en algunos lugares la única ayuda en los primeros cuatro días desde la catástrofe. El Estado obeso, y demás parásitos del sistema, no pueden permitir que surja la idea de que no son más que una máquina de extorsión y confiscación de la productividad de sus ciudadanos, completamente ineficiente a la hora de proveer los servicios de calidad que prometían y la gente creyó.
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