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Simón Levy, empresario y político Mexicano: La publicación que hoy hace Donald Trump no es un simple mensaje electoral sobre Honduras. Es, en realidad, la confirmación de que la batalla por el hemisferio ya está en marcha. Cada palabra está calculada, cada adjetivo colocado como pieza de una estrategia mayor: la de redefinir el orden político del continente americano bajo un nuevo eje de poder donde Washington retoma el timón y deja claro que no permitirá más vacíos, más territorios perdidos, más zonas grises que terminen siendo ocupadas por actores autoritarios o criminales. Trump no está hablando solo de Honduras. Está hablando de Cuba, Nicaragua, Venezuela… y de todo aquello que para Estados Unidos representa una amenaza ideológica, estratégica y territorial. Su mensaje es el mapa. Su fraseo, la advertencia. Su narrativa, el rediseño del hemisferio. Y en ese tablero, México deja de ser un vecino para convertirse en una frontera civilizatoria. Una bisagra. Un amortiguador. Un muro –no de concreto, sino de poder. Porque cuando Trump advierte sobre el avance del narcoterrorismo, del comunismo y de las alianzas autoritarias en Centroamérica, está dejando implícito que todo eso llega primero por México, que México es el corredor por donde pasa lo bueno y lo malo, lo legal y lo ilegal, lo humano y lo que destruye lo humano. Este mensaje revela algo más profundo: Estados Unidos ya no está esperando. Está preparando el terreno narrativo, político y estratégico para intervenir —directa o indirectamente— en los procesos internos de América Latina. Y lo hace desde un discurso que combina seguridad nacional, geopolítica y moralidad democrática. Quien piense que Estados Unidos “no va a hacer nada” frente al deterioro de instituciones, la infiltración criminal o la manipulación electoral en el sur, solo tiene que leer entre líneas: este post es parte del manual. Una señal abierta. Una advertencia pública. Porque para Trump y para quienes entienden esta doctrina, México es el corazón de la seguridad nacional estadounidense: el filtro energético, el escudo migratorio, el corredor comercial, el primer dique contra el narco, la frontera que marca si el continente se inclina hacia la democracia liberal o hacia los regímenes híbridos que han avanzado como un virus silencioso. Honduras es el ejemplo. El mensaje es para México. Y la estrategia es para toda América Latina. Trump está diciendo, sin decirlo: El hemisferio ya no será un territorio en disputa. Será reconstruido bajo una sola visión. Y en ese reacomodo histórico, México no es espectador: es la línea roja. La pieza central. La frontera definitiva. Quien no lo vea, que lea otra vez el post. Allí está todo.
2025-11-27 02:10:10 from 1 relay(s)
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