Este artículo gira en torno a la frase que se ha popularizado como eslogan del World Economic Forum (WEF): "No tendrás nada y serás feliz". Comienza explicando cuál es su origen y qué conflictos de intereses presenta su autora. A continuación, pasa a criticar tanto la viabilidad de las ideas que propone como las nefastas consecuencias de su implementación: alquilar todos los bienes y servicios implica un gestor universal de éstos, lo que reduce la autonomía individual de las personas. Depender de otro genera incertidumbre, lo cual es incompatible con la idea de felicidad. La propiedad privada fomenta el desarrollo y, cuando ésta no existe, se desincentiva la innovación. Esto nos lleva a hablar del decrecentismo: una crítica al modelo basado en el crecimiento económico, que no es una teoría económica, sino una ideología destinada al control social. Finalmente, se mencionan los principales problemas que afronta actualmente Europa y como el decrecentismo solamente serviría para acrecentarlos.