Hoy se cumplen 16 meses desde que Freddy Superlano fue encarcelado sin razón. Dieciséis meses sin poder ver a su hija, sin abrazar a su esposa, sin contacto con el mundo exterior.
Lo mantienen aislado porque le temen: temen a su ejemplo, a su arraigo en Barinas, a la fuerza de quien no negoció nunca sus convicciones y lideró desde su espacio la lucha contra la dictadura.
Freddy no está preso por un delito, está preso por haber ganado, por defender el derecho de su pueblo a decidir, por no doblegarse ante el chantaje del poder. Y mientras su celda permanece cerrada, nosotros seguimos firmes en la exigencia de su libertad.
No nos rendiremos y no nos callaremos

