Thread

Zero-JS Hypermedia Browser

Relays: 5
Replies: 0
Generated: 16:27:47
🩸 *El Régimen Genocida: El Único Destructor del Futuro de Venezuela, Nuestros Niños* El colapso económico y la crisis alimentaria no son accidentes, sino consecuencias directas de las políticas del régimen de Nicolás Maduro, extendiendo su responsabilidad destructiva del bolsillo y la mesa a la salud y el futuro cognitivo de una generación completa. Si la crisis económica fue el arma, el hambre fue el detonante que hizo colapsar el sistema de salud y provocó una regresión epidemiológica en Venezuela. El régimen, con sus acciones y omisiones, ha demostrado un carácter genocida que está matando el futuro de la nación al condenar a sus ciudadanos más vulnerables. La Generación Hipotecada: Desnutrición Crónica e Irreversible La escasez de alimentos proteicos y calóricos, sumada al poder adquisitivo inexistente, ha provocado un daño generacional con consecuencias irreversibles, un crimen de lesa humanidad contra los más vulnerables. La Desnutrición Aguda Global (MAG) en niños menores de cinco años alcanza niveles de emergencia, con casi un tercio de los niños en riesgo inminente de deterioro. Pero el impacto más devastador es el Retraso en el Crecimiento (Desnutrición Crónica) que afecta a cerca del 30% de los niños, causando un daño irreversible en su desarrollo físico y cognitivo, incluyendo menor volumen cerebral. Este déficit nutricional es una condena silenciosa que hipoteca la capacidad productiva futura del país. La responsabilidad del régimen es una omisión deliberada y atroz: minimiza la crisis y se niega a publicar estadísticas de salud. Un Estado que, con las mayores reservas de petróleo del mundo, deja que el hambre mate a sus niños, está ejerciendo la crueldad como herramienta. El Colapso Asistencial y la Muerte por Negligencia La hiperinflación y la destrucción del salario, políticas exclusivas del régimen, no solo afectaron el acceso a la comida, sino que destrozaron el sistema público de salud. Esto obliga a los venezolanos a pagar por servicios básicos que el Estado está obligado a garantizar. Existe un colapso asistencial donde hasta el 70% de las personas que acuden a hospitales no reciben atención por la falta de medicamentos, insumos, y personal. La salud se ha convertido en una privatización de facto forzada por el Estado fallido, obligando a los ciudadanos a costear desde jeringas hasta medicamentos para quimioterapia. El éxodo masivo del personal de salud cualificado, que huye de los sueldos de miseria, ha dejado a los hospitales vacíos de capital humano esencial. Para colmo, el régimen ejerce la represión contra los profesionales de la salud que se atreven a denunciar las carencias, intentando silenciar la evidencia de su negligencia. La Regresión Epidemiológica: El Retorno de Enfermedades Erradicadas El fracaso del régimen en sostener los programas de salud pública ha provocado la regresión a estadios sanitarios del pasado, con el resurgimiento de enfermedades que estaban controladas. La Difteria reapareció por la baja cobertura de inmunización, una de las peores del continente. La Malaria se disparó a cientos de miles de casos por la interrupción de los programas de control de vectores y la escasez de medicamentos. La Tuberculosis registra el mayor número de casos en 40 años, potenciada por la desnutrición generalizada que debilita el sistema inmunológico. Esta crisis no es un desastre natural, es un fracaso de gobernanza que ha transformado un país rico en un lugar donde la comida y la medicina son un privilegio inalcanzable. La destrucción intencionada del aparato productivo y el colapso deliberado del salario mínimo no solo generaron hambre, sino que crearon una Emergencia Humanitaria Compleja. El régimen de Nicolás Maduro es el único responsable y destructor del futuro de Venezuela, nuestros niños, actuando con una crueldad que lo define como genocida. 🥺🇻🇪 #Venezuela2025 🩸 *The Genocidal Regime: The Sole Destroyer of Venezuela's Future, Our Children* The economic collapse and food crisis are not accidents, but direct consequences of the policies of Nicolás Maduro's regime, extending its destructive responsibility from the pocketbook and the dinner table to the health and cognitive future of an entire generation. If the economic crisis was the weapon, hunger was the trigger that caused the health system to collapse and led to an epidemiological regression in Venezuela. The regime, through its actions and omissions, has demonstrated a genocidal character that is killing the nation's future by condemning its most vulnerable citizens. The Mortgaged Generation: Chronic and Irreversible Malnutrition The scarcity of protein- and calorie-rich foods, coupled with nonexistent purchasing power, has caused generational damage with irreversible consequences, a crime against humanity against the most vulnerable. Global Acute Malnutrition (GAM) in children under five has reached emergency levels, with nearly a third of children at imminent risk of deterioration. But the most devastating impact is Stunting (Chronic Malnutrition), which affects approximately 30% of children, causing irreversible damage to their physical and cognitive development, including reduced brain volume. This nutritional deficiency is a silent curse that mortgages the country's future productive capacity. The regime's responsibility is a deliberate and atrocious omission: it downplays the crisis and refuses to publish health statistics. A state that, with the world's largest oil reserves, allows hunger to kill its children is wielding cruelty as a tool. The Collapse of Healthcare and Death by Neglect Hyperinflation and the destruction of wages, policies exclusive to the regime, have not only affected access to food but have also devastated the public health system. This forces Venezuelans to pay for basic services that the state is obligated to provide. There is a healthcare collapse where up to 70% of people who go to hospitals do not receive care due to a lack of medicines, supplies, and personnel. Healthcare has become a de facto privatization forced by the failed state, compelling citizens to pay for everything from syringes to chemotherapy drugs. The mass exodus of qualified healthcare personnel, fleeing poverty wages, has left hospitals devoid of essential human capital. To make matters worse, the regime represses healthcare professionals who dare to denounce the shortages, attempting to silence the evidence of its negligence. The Epidemiological Regression: The Return of Eradicated Diseases The regime's failure to sustain public health programs has led to a regression to past health conditions, with the resurgence of diseases that were once under control. Diphtheria has reappeared due to low immunization coverage, one of the worst on the continent. Malaria has skyrocketed to hundreds of thousands of cases due to the disruption of vector control programs and the shortage of medicines. Tuberculosis is registering its highest number of cases in 40 years, exacerbated by widespread malnutrition that weakens the immune system. This crisis is not a natural disaster; it is a failure of governance that has transformed a rich country into a place where food and medicine are an unattainable privilege. The intentional destruction of the productive sector and the deliberate collapse of the minimum wage have not only generated hunger but have also created a complex humanitarian emergency. The Nicolás Maduro regime is solely responsible for and destroys the future of Venezuela, our children, acting with a cruelty that defines it as genocidal. 🥺🇻🇪 #Venezuela2025 image
2025-11-30 13:52:15 from 1 relay(s)
Login to reply